Soy una persona que prácticamente no ve la televisión pero tras mi reciente llegada a España y lo acogedor que me resulta el sofá de mi casa nueva estos días estoy encendiendo más a menudo el pilotillo rojo. Quizá viviese con la remota esperanza de que la televisión Española y sus patéticos contenidos de hace 9 meses hubiesen desaparecido o sido aniquilados de alguna forma -correcta o no-... dicen que el fin justifica los medios.
Lamentablemente, creo que me he encontrado con más telebazofia aún. Con cansinos e interminables programas del corazón, tele-series para adolescentes hormonados casi peores que los programas anteriormente mencionados, teleconcursos, grandes hermanos, famosetes o gente deseando serlo encerrados en islas, anuncios de más ediciones de la interminable OT o programas como fama y similares.
Recuerdo mi pre-adolescencia antes de empezar a salir. Esos fines de semana en los que no faltaba a los 'Grandes Relatos' que emitía una Tele 5 ahora bastante cambiada. ¿qué les quedaba a esos niños de hoy en día hasta hace bien poco? Salsa Rosa... y así con todas las cadenas, no se salva ninguna. A estos programas de tan nula calidad hay que sumarle muchas veces la ineptitud de sus presentadores y/o colaboradores que han llegado donde están por el ¿mérito? de haber participado en algún 'reality show' que les ha dado la fama.
Me ha sorprendido -aunque en realidad no sé por qué- que incluso algunos medios extranjeros se hayan hecho eco de nuestra situación ya hace varios años. El diario 'The Sunday Times' aludía a cómo la telebasura española se había convertido en la gallina de los huevos de oro ('Turning rubbish into a television Goldmine'). ¿Las razones del éxito de estos programas? Rosa Villacastín responde en el artículo que 'la gente está cansada de la política o la economía y ya han tenido suficiente con sus propios problemas'. Sinceramente no creo que ésta sea la causa. La sociedad ha ganado mucho en estupidez y está ansiosa de cotilleos... ya no se limitan con los de los vecinos, tienen que ir más allá sin darse cuenta de que en la mayoría de casos son las víctimas de engaños que sólo tienen un fin: ganar en audiencia degradando segundo tras segundo la imagen de esas personas pertenecientes a laclase de 'nuevos famosillos' que cuentan su vida, sus romances, sus escarceos sexuales, si fulanito la tenía pequeña y menganito torcida y que calman las ansias de los, en mi humilde opinión, inútiles que los siguen al otro lado de la caja tonta.
No recordaba por qué en su día decidí dejar de ver la televisión y crear mi propia parrilla diaria a abse de series, películas y algún que otro documental -algo más enriquecedor para mi gusto-. La televisión de hoy en día aculturiza y desinforma. Incluso noto cómo los informativos buscan la morbosidad en la medida de lo posible.
Me quedo con el cine sin publicidad de TVE, al que estoy enganchadísimo. El resto de la programación es muy prescindible aunque de vez en cuando reconozco ver Sálvame -me quedo con el Diario, no el Deluxe-, pero más por las paridas que hacen que por sus contenidos, que directamente, podemos decir que no tienen.
ResponderEliminarAh! Y si quiero reirme... directamente pongo Intereconomía xD
Lo que si echo de menos es precisamente ese espacio televisivo que era Grandes Relatos, bajo el cual se emitió la mejor adaptación del mundo de Frank Herbert: "Frank Herbert's Dune".